lunes, 7 de junio de 2010

MI AMIGO, MI AMIGA, MI LECTOR

Querido amigo, querida amiga, querido lector.
Tuve el deseo de escribir, para poder hablar de mí, de mis sueños y alegrías, de mis ilusiones y fantasías, de mis enojos pasajeros y contarte historias o hilvanar pensamientos.
He sentido paz, alegría y emoción de plasmar en una hoja en blanco lo que siento para tratar de alegrarte, para hacerte sentir lo que yo siento, ¡que maravilloso es lo simple y que profundo a la vez!
Cuando nacimos éramos tan simples, tan lindos, tan pequeños y nos costó un poco abrir los ojos para mirar sin poder diferenciar las cosas.
Costó un poco más abrir los ojos y mirar las figuras que no entendíamos, pero que nos agradaban, conocíamos seguramente más las voces que las imágenes.
Pero más nos costó ver y entender de qué se trataba nuestra vida.
Fue de a poquito, los primeros pasos, los tropezones, las caídas, ¡hasta por fin empezar a caminar! 
Y nos pareció el mundo inmenso y todo a su alrededor inalcansable.
Cuando hoy miro un "pequeñín o peque", veo esa simpleza y grandeza a la vez.
Esa mirada que adoro, que me eriza el corazón.
¿Entonces pienso habré aprendido a ver y entender?
¿Habré logrado caminar y conquistar ese mundo tan inmenso?
¿Como me suenan esas voces de afuera y de adentro?
Y  me contesto: ¡quiero volver a ser ese niño y empezar de nuevo!
¡Ahora!, ¡ya!, ¡no puedo esperar más!; quiero mirar con los ojos del corazón, quiero ver a mi alrededor y sentir toda la grandeza de la vida y sus obsequios, quiero caminar detrás de lo que perdura por siempre en mi alma. 
Quiero alegrarte siempre; con una sonrisa, con un te quiero, con un cuento o una poesía y que sepas que tu alimentas mi corazón, que si no existieses no valdría de nada una simple palabra.
Y claro, tengo que aprender a caminar y mirar, pero aunque tropiece y aunque no vea bien, deseo emprender esta aventura mágica de la escritura.
Hoy comencé hablando de mí, mis urgencias y pequeñez, pero que se dirige a ti para juntos caminar y descubrir un mundo asombroso.
Por eso anoto en esta hoja y sin mucha corrección, porque el corazón seguro no se equivoca y siempre me gana la impaciencia.
Ayúdame a crecer, yo te ofrezco a cambio mi alma , yo te contaré tal vez uno o mil cuentos, pero pensando en ti para transportarte a otra realidad.
Te ofrezco mi razón o sin razones, mis fantasías o creencias, mi mirada perdida o encontrada, mi ignorancia que anhela aprender. 
Hoy no te conté ninguna historia pero pretendo escribirla contigo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario