jueves, 28 de marzo de 2013

EL CANTO DE UNA FLOR


Aprender a escuchar y observar cosas que a simple vista no se perciben, lo he tomado como una manera de vivir y de creer que la vida nos brinda riquezas en abundancia.
No se pueden evitar los momentos de tristeza y añoranzas, así como tampoco los momentos de alegría y de vivir a pleno cada día.
Los sonidos y aromas son una manera diferente de poder mirar sin ver y creer en momentos mágicos.
Hace un tiempo atrás tuve en mis manos un pequeño pájaro cuyo destino había culminado en esta tierra.
Pensé al verlo allí tendido en que tal vez ahora su final estaba supeditado a mis decisiones y que debería de alegrar su partida, como él me alegró tantas veces con sus llegadas…
Sonidos que percibía cada día que provenían de él y otros, desde un pequeño jardín, junto al aroma del renacer de flores y aromas diversos de amaneceres, de atardeceres…
No puedo decir que sentía tristeza sino compasión, no podía pensar solo en grises melancolías pues su vida fue de coloridas alegrías.
Podía pensar en que tal vez en otro lugar y otro tiempo él deseaba ver felices a muchos.
Cuando partí aquella mañana hacia mis ocupaciones, decidí darle sepultura junto a un pequeño árbol para que estuviera lejos de algún depredador o dejarlo simplemente al azar para que el tiempo lo deteriorase, sin tener un lugar certero donde descansar.
Pasé varios días junto a él y como guardándole luto le hablaba pero sin entonar ningún canto, como él lo hacía para mí.
Con el tiempo otros cantos parecieron olvidar su voz, otra vida se abrió paso y la memoria quedó como enmudecida de aquellos recuerdos.
Cada día me sorprenden muchas cosas nuevas y si veo que escasean, comienzo a buscar, no importa dónde ni cuándo, sino, me basta el afán de romper mis rutinas diarias.
Sin embargo los milagros ocurren cuando menos se esperan y cuando no los buscamos…
Decidí ir a caminar por lugares conocidos…
Generalmente me agradan los espacios verdes, donde abunda lo que me hace falta en mis trajines cotidianos.
Paso una y otra vez varias veces por lugares conocidos donde encuentro cosas nuevas cada día.
¡Y allí te vi!...
Y sentí tu canto y tu aroma nuevamente…
Aquél árbol sin hojas donde te dejé te tomó en sus brazos y te acunó…
Mi asombro fue tal pues parecía ser un lugar dónde reposarías para siempre y sin embargo renaciste en una flor tan bella que mi corazón se alegró por verte nuevamente…
El canto bello de una flor iluminó esa pequeña plaza donde muchos van y se sientan alrededor…
Y te vi tal cual siempre fuiste, tan dulce y puro que me es imposible describir con palabras.
Pensé en cuentos encantados, pensé en hilvanar fantasías y armar historias, pensé en tus cantos y en tu aroma nuevo, en tu belleza y color, en tus alegrías de siempre y en tu querer alegrar tan sólo por brindarte a los demás…
Y me sentí pequeño e inmensamente agradecido por haberte tomado en mis manos para que ahora fueras nuevamente tú y renacieras bajo el canto de una flor…
 Así comprendí que te puedo volver a ver y sentir cada vez que pase por allí y aunque no estés florecido siempre, me sentaré tan sólo a descansar y podré escuchar el canto de tu flor…
Cantos de ti en su tiempo para mí…pero en este tiempo para muchos más… para aquellos que puedan escuchar tu voz en una hermosa flor…

(REALIDAD Y FICCION ES UN GENERO QUE ME ATRAPA, PARA BUSCARLE SENTIDO A LA VIDA Y DARLE DIFERENTES MATICES A DIFERENTES REALIDADES)

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