lunes, 19 de septiembre de 2022

 OJITOS TIERNOS


 

Hacía frío; salí a la puerta y sentí la brisa otoñal, miré el cielo y vestía ya de color gris y blanco, apenas dejaba ver su carita azul.

Pensé en nada pero buscando todo aquello que cada día hace brillar el sol dentro de mí.

Las hojas corrían apresuradas, jugando a las apuradas para llegar a su destino antes que tal vez la lluvia las mojara.

Me sentí en mi soledad ocupado de mis pensamientos y buscando enamorarme otra vez cada día de la vida.

Y te vi acercar, para mi suerte, para tu curiosidad, para mi recuerdo y para tu rápido olvido.

Venías dando pasitos presurosos, dos o tres tuyos y uno de tu mamá.

Estabas bien acompañada pensé, tal vez tu pensarías lo contrario, pero venías con tus hermanitos y tirando del cochecito.

Ojitos tiernos que te vi pasar, que me miraste y cautivaste mi mirada, mi corazón y toda mi atención.

¿Como describir tu mirada?

Tal vez un lago inmenso rodeado de montañas y un campo lleno de flores amarillas o un cielo azul, podrían asemejarse a tu pureza y paz del corazón.

O quizás ojitos tiernos, la ternura de una caricia o un beso de enamorados era como tu amor derramado sin importarte quien era yo.

Tenías 2 moñitas en tu pelo y dos alegres colitas que parecían aletear como queriendo volar.

Y te vi volando en tus sueños de infancia feliz, en tus aires de niña mimada y tu alegría de descubrir la vida.

Ese momento que me miraste esperando que te correspondiera, fue como si el tiempo se detuviera y todo quedase estático por un momento.

Mi corazón se detuvo en vida, apenas te pude sonreír con vergüenza y pude levantar mi mano para saludarte.

¡No lo pude creer pero tú también inclinaste tu boquita para saludarme!

¡Que felicidad!

Y te quedé mirando pasar como deseando que no te fueras, como deseando que te sentaras junto a mí y me dijeras algo, no importa que fuera, sólo escuchar tu voz que sería tan dulce como la miel y tan sabia como tu inocencia de amar sin razones.

Ojitos tiernos de dulce de leche, de cascaritas de alpiste, de lluvias de colores en mis ojos, de corazoncitos rotos y de libertades verdaderas.

Si volvieras a pasar, si supiera la hora o el día, te estaría esperando sólo para volverte a ver y no sé si podría evitar que una lágrima del corazón me invadiera.

Como un angelito del cielo fue tu presencia que pasaste tan rápido y transformaste todo en mi ser.

Que suerte que te pude ver, que suerte que recuerdo tus ojos, tu andar de puntillas y tu campera tan inflada, seguro que debajo estarían tus alitas que al dar vuelta a la esquina te harían ir a tu mundo que quisiera que fuese también el mío, ¡cuanto lo anhelo!

Ojitos tiernos que me dejaste tu amor con ese toque mágico, que me devolviste la vida y que te puedo escribir.

Tal vez nunca lo sepas pero cada vez que te pueda volver a leer te volveré a recordar y otra vez hechizarás mi corazón.

Gracias ojitos tiernos, gracias boquita de luna, gracias puntitas de pie de pisadas de apenitas, gracias alitas de ángel, gracias mi vida querida…


Dante

No hay comentarios:

Publicar un comentario